Hay una peli, “Red de mentiras” basada en una novela de David Ignatius sobre un grupo de agentes de la CIA que van a Jordania a capturar a un terrorista, está dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Leonardo DiCaprio y Russell Crowe, que son los encargados de llevar la operación de los Servicios de Inteligencia. En una escena de la película hablan sobre lo que hacen allí, ya que ahora todo se puede hacer por ordenador y drones: ver mensajes de móviles, averiguar porque webs viajan o que mails mandan, o enviar drones para lanzar bombas.
-Cualquier cosa que metas en la red es rastreable, cualquiera, alguien la tiene encriptada en algún lugar y todo se puede desencriptar. Debemos venir aquí porque estos son de la vieja escuela, se pasan los mensajes en papel o se cuentan las cosas importantes al oído, cuando están los dos solos, todo es secreto, son los espías de las épocas napoleónicas, nada de tecnología, todo sencillo, y contra eso o estamos o no tenemos nada que hacer.
Pegasus existe en nuestro ordenador, en nuestro mundo, el Matrix de la ficción ya es real, todo está allí, sólo es necesario que alguien lo busque y lo encontrará. Cualquier cosa que escribamos, leamos o miremos en un terminal que tenga acceso a internet llegará a una enorme base de datos que puede ser consultada. En algún lugar están almacenados todos mis mensajes de móvil desde el año 98, cuando me regalaron mi primer teléfono -que tiempos aquellos, que todos decíamos que los teléfonos siempre serían gratuitos porque las compañías hacían el negocio con las llamadas y mensajes, que ingenuos que éramos y seguimos siendo. Lo que hicieron fue crear una necesidad para que no dejáramos de consumir sus productos-, todas las webs que he visitado, todas las llamadas que he hecho, las aplicaciones que me he instalado, todos los recorridos que he realizado mientras llevaba el teléfono encima, allí está todo, guardado, para poder crear patrones de conducta y saber que me pueden vender.
Estamos siendo constantemente espiados, nuestra utopía de libertad se basa en que el número de prohibiciones y barreas es tolerable, mientras que cualquier ataque a nuestra libertad individual se sustenta en el “bien común”. No conocen nuestros secretos por el placer de conocerlos, lo hacen porque si alguno de nosotros es un “malvado” lo podrán atrapar mucho antes, y el daño residual que queda tampoco es mucho, robarnos nuestra privacidad. Lo que hacen estas empresas de espionaje tecnológico es buscar los datos de móviles y ordenadores pasando por televisiones o GPS, entran al lugar donde están almacenados a lo largo de diferentes servidores y los usan para conocer información del personaje espiado.
En la guerra fría, la KGB era muy aficionada a los desmanes sexuales de los políticos o gente poderosa, es una gran arma el chantaje. Los tiempos no han cambiado tanto, lo primario sigue siendo lo que nos caracteriza, así que supongo que el chantaje debe estar al orden del día, y cuando termina la jornada laboral todos lo saben todo de todos, y así se mueve el mundo, como siempre ha sido, la información es poder y el resto son conjeturas que a nadie importan.
Consejo gratuito del día: si quieres que algo no se sepa jamás no lo introduzcas en ningún cacharro que se conecte a internet, usa papel y entiérralo lo más profundo que puedas o habla con quien quieras, nunca por teléfono, es mejor verse para tomar unas cervezas y unas copas. Viajar al pasado, cuando sólo nuestros familiares y amigos sabían quienes éramos, el resto del planeta era “la gente”.