Larry Bird, la vida nos hace como somos
Un breve apunte de unos de los mejores jugadores de la historia del baloncesto.
Hay una gran canción de Johnny Cash, "A Boy Named Sue"- "Un chico que se llamaba Sue"-. Un padre le pone a su hijo de nombre Sue, y cuando el niño con nombre de niña cumple tres años, el padre le abandona. Imagina la vida de un niño con nombre de niña, no dejan de reírse de él, de burlarse y todos los problemas que su nombre le trae. Pero ese nombre le marca el carácter, lo convierte en un hombre fuerte y duro. Pero solo tiene una obsesión en su cabeza, encontrar a su padre y matarle por haberle puesto ese nombre. Finalmente encuentra a su padre en Gatlinburg, Tennessee y lo primero que le dice es, “Mi nombre es Sue! ¿Cómo estás? ¡Ahora morirás!” Los dos se pelean a puñetazos. El padre reconoce que fue un malnacido por poner ese nombre a su hijo, pero le dice que lo hizo por amor, sabía que su vida sería difícil, pero que con ese nombre te volvías un hombre duro o morías, y cómo veía ahora, se había vuelto un tipo duro y fuerte. Las circunstancias de la vida nos marcan lo que seremos en el futuro, nuestro pasado dirige nuestros pasos y sin lo vivido no seríamos lo que somos. Así fue la vida de Larry Bird, si no hubiera tenido la vida tan dura que tuvo probablemente no hubiera llegado hasta dónde llegó, o quién sabe, con una vida diferente quizás hubiera sido mejor jugador -eso lo veo bastante improbable .
Larry Bird nació en West Baden Springs, Indiana, pero su vida cabalgaba entre este y French Lick, de allí viene el apodo que tenía en la zona, "The Hick from French Lick" -el paleto de French Lick-. Vivió su niñez de forma extremadamente pobre, sin dinero para zapatos o para ropa, pero su madre siempre se las arreglaba para conseguir los dólares necesario. Los hijos siempre fueron su primera prioridad. Era una madre cuyos hijos tenía lo justo para sobrevivir, sin lujo alguno, sin más que lo básico para no morir de hambre o frío.
Y si eso no era suficiente, para redondear las miserias, el hombre de la casa, el padre, era alcohólico. En mi trabajo he conocido a muchos alcohólicos, y no es lo que uno mismo se hace, es lo que hacen a sus familias. El padre de Larry Bird convirtió un hogar ya destruido por la pobreza en un infierno, agresividad, coger el poco dinero que hay en casa para beber, problemas fuera del hogar, disgustos, tristeza, lágrimas, infelicidad… Cuando la madre iba a separarse de su marido, éste cogió una escopeta y se mató. Cuentan que Larry ni lloró. Tenía dieciocho años.
Y el refugio de Larry Bird de su terrible vida familiar fue el baloncesto. Cuando uno tiene el infierno en casa busca estar fuera de éste el máximo tiempo posible, y eso hacía, jugar con el balón hasta que no tenía otro remedio que volver a abrir la puerta a su lucha diaria. Las satisfacciones estaban en la canasta, éste era su nirvana, donde podía ser él, donde no había límites y donde era el rey. Dejó el instituto de French Lick como máximo anotador de la historia de la escuela.
Consiguió una beca por la Universidad de Indiana, la que tenía uno de los mejores programas de baloncesto del país, la del entrenador Bobby Knight, pero eso fue demasiado para él. Era un chico de pueblo en una Universidad de más de 30.000 estudiantes, y regresó a casa, no jugó allí. Estuvo haciendo distintos trabajos en el pueblo, hasta que se decidió ir a una Universidad más pequeña, Indiana State, y allí explotó como jugador durante las tres temporadas que estuvo. Después de tantos obstáculos en la vida encontró su camino, vio que era muy bueno jugando a baloncesto y no desaprovechó la oportunidad. Todo su esfuerzo fue hacia un mismo camino, la canasta y convertirse en jugador profesional.
Y la pequeña Universidad llegó a la final de la NCAA, contra Michigan State, donde jugaba un tal Magic Johnson, vidas cruzadas. Se marchó de la Universidad hacia la NBA con la quinta mejor marca de la historia en puntos por partido en la NCAA, 30,3 puntos por partido.
Y el eterno 33 llegó a la NBA, a los Boston Celtics, donde pasaría toda su carrera, de la 79-80, con veintitrés años, a la 91-92, con treinta y cinco, y se convirtió en uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto.
Durante todos estos años terminó con una media de 24,3 puntos por partido. La temporada 89-90 lanzó 343 tiros libres y encestó 319, un 93%. Cuatro partidos con más de 50 puntos. Tres veces campeón de la NBA; 81,84 y 86. Rookie del año al 80. Tres veces MVP, 12 veces All Star, del 86 al 88 ganador del concurso de triples, 9 veces en el mejor quinteto de la NBA. En el 92 vino a Barcelona a ganar la medalla de oro Olímpica.
Después estuvo tres temporadas de entrenador en los Indiana Pacers, del 97 al 2000. Las dos primeras temporadas cayó en las finales de Conferencia, la última perdió la final de la NBA y lo dejó. En 2003 fue contratado como director deportivo de los Pacers, hasta 2017, con una temporada de descanso, la 12-13. Ahora está en su restaurante de Terre Haute, el "Boston Connection."
El mítico concurso de triple, Larry Bird levanta la mano antes de conseguir la cesta de la victoria, en el año 88.
Boston Celtics vs Detroit Pistons 1987 Partido 5.
1984, final NBA – Los Ángeles Lakers vs Boston Celtics, séptimo partido. Qué tiempo para los aficionados.