Las peleas en el deporte
Y ahora los tiempos han cambiado demasiado. Todos los deportistas son lo más correctos posibles, no es bueno tener mala prensa ni ser “malote”, eso te quita patrocinadores, y eso es menos dinero.
Soy de otra generación, cuando era más joven, siglo pasado, los asuntos pendientes entre deportistas los resolvían en las canchas o en los terrenos de juego. Allí es donde Schuster se tenía que ver con los jugadores del Bilbao, para él “San Mamés era más peligroso que Vietnam durante la guerra.” John McEnroe y sus batallas contra el mundo, contra el Universo, “bromea o que, la bola entró”. Drazen Petrovic y su puño al aire, que tanta rabia daba a los rivales y tanta alegría a los suyos -el deporte provoca unos sentimientos curiosos, era el enemigo número uno del Real Madrid y se convirtió en el jugador más querido de la capital-. Alain Prost y sus piques con Mansell y después con Senna. La pelea del siglo entre Alí y Frazier, que se contó de forma magistral en “Thriller en Manila”.
Y ahora los tiempos han cambiado demasiado. Todos los deportistas son lo más correctos posibles, no es bueno tener mala prensa ni ser “malote”, eso te quita patrocinadores, y eso es menos dinero. Uno tiene que tener unas Redes Sociales impolutas, donde todo sea correcto y medido al milímetro, y para eso contratan a gente que las lleva, donde leemos lo más apropiado para cada deportista, lo más profesional. Y cuando alguno tiene alguna “brillante idea propia”, saltan todas las alarmas y los ataques de la “comunidad digital” son brutales. Pero los deportistas necesitan estar en la Redes Sociales, porque eso son seguidores y a más seguidores más dinero. Se va borrando lo espontáneo para llegar a lo estudiado y lo políticamente correcto, uno siempre tiene que decir lo que debe decirse. Bien, un aburrimiento. Por eso cada declaración que se sale de la media provoca tantas reacciones. Allen Iverson dijo, “Soy el MVP y tengo que preocuparme por las cosas que digo y como las digo.” Y no hay mejor resumen, eres el mejor y tienes que estar midiendo todas las palabras y los gestos para no meterte en líos, eres el mejor y no puedes descuidar ni un detalle. ¿Dónde queda la persona cuando todo es teatro? Pues allí atrás, donde nadie la ve y donde nadie llega a conocerla.
Cuando un deportista busca o encuentra un enemigo todos los fans de ese sujeto serán tus nuevos “odiadores”, y esos no invierten en tu imagen. Es más sencillo ser un personaje plano, eso atrae el dinero. Los conflictivos o con personalidad asustan a los inversores o patrocinadores, como los queráis llamar, es lo mismo. Todos buscan la pasta, el cash, que esta sociedad va de esto. Y si creo que Pepito es un gilipollas me callo, porque Pepito tiene a mucha gente que le adora y me cogerán tirria y dejarán de comprar mis zapatillas, y yo he nacido para vender zapatillas, y después para jugar al baloncesto, y tengo que hacer lo más inteligente, cerrar la boca y contar mis problemas a la pared.
Y Lebron James se calentó y montó una batalla.
Y le pegó un codazo a Isaiah Stewart, y después estiró la mano para disculparse, pero Iasiah tenía otros planes, y empezó la pelea. Ahora sancionarán a unos y otros y ya está, porque no hay nada más que contar, pero tendremos ríos de palabras y horas de tinta hablando del tema, y de que no está bien, y que esto no debe volver a ocurrir, y que ahora la NBA deja demasiado contacto físico, y que… Lo que queráis, pero no todos tienen una gran relación con todos, como nos quieren hacer creer. En el mundo del deporte existen los motivos personales, los malos entendidos, los odios, las cuentas pendientes… Es como cualquier otro trabajo, hay personas que uno no traga ni con bourbon, con otros con los que no siente ningún tipo de conexión, y eso no es bueno ni malo, únicamente es. Y en el mundo del deporte, desde hace unos años nos quieren mostrar un mundo inexistente, donde todos son colegas y se queda todo en lo deportivo. Si en la charcutería del barrio hay discusiones entre los trabajadores, con el jefe, con algún cliente ¿no van a haber problemas en plantillas de 15 jugadores, con cuerpo técnico, los médicos, los fisios…? Demasiada testosterona para tan poco espacio. Y con otros jugadores de baloncesto, ¿no habrá alguno que te caiga mejor y otros peor? Somos humanos, no todos son pensamientos positivos y buenas intenciones hacia los demás, tenemos nuestras rarezas y paranoias, y creer que el mundo del deporte es ajeno a todo esto es ridículo, tremendamente ridículo.
Leyendo sobre Petrovic he empezado a recordar historias, así que en unos días voy a publicar algo sobre el gran jugador yugoslavo / croata. Para ir abriendo boca os dejo este vídeo: