Todos mis equipos, una historia de amor
Muchos se mantienen fieles a su equipo durante toda su vida, y a otros les gusta cambiar, y yo soy de los que va cambiando.
Gol de Cruyff a Miguel Reina, Barça-Atlético de Madrid en el Camp Nou.
¿Porqué somos seguidores de un equipo y no de otro? Si uno nace en una familia que son todos seguidores del Madrid será más fácil que te guste este equipo, es lo que has vivido, los regalos que has tenido de pequeño, algún partido que has visto en el estadio y muchos en la televisión. Pero vamos creciendo, y los gustos nos van cambiando. No nos gusta la misma música ahora que cuando éramos unos niños o adolescentes, ni los mismos juegos, ni hacer las mismas cosas con nuestro tiempo. Muchos se mantienen fieles a su equipo durante toda su vida, y a otros les gusta cambiar, y yo soy de los que va cambiando.
Cuando era un niño me regalaron una camiseta de Johan Cruyff, que era la estrella del Barça en esos tiempos, mi abuelo era muy fan del equipo blaugrana y a ese me apunté yo, era el equipo de los luchadores, que querían conseguir grandes victorias, pero muchas veces perecían en la orilla. Recuerdo la final de la Recopa del año 79, el primer gran partido que vi, en blanco y negro, ganando al Fortuna Düsseldorf en la prorroga con goles de Carles Rexach y Hans Krankl, gritos en casa, una emoción que no había sentido nunca con el deporte, llegar a la escuela y no dejar de recordar el partido, volver a casa para ver las repeticiones en las noticias, lo único bueno de las noticias, los últimos minutos, antes de terminarlas y dar paso al apasionante tiempo, frío en invierno y calor en verano. Y todas estas emociones me engancharon al deporte, con el que he disfrutado mucho y sigo disfrutando.
Y el año siguiente no quise perderme la final de la Recopa, en esta ocasión entre el Valencia y el Arsenal, en casa íbamos con el equipo valenciano, eso de “ya que juega un equipo español lo tenemos que apoyar, y tienen muy buenos arroces, y son nuestros vecinos, y…”, y ganó el equipo valenciano, y me alegré, pero vi por primera vez a unos hombres llorar en televisión, los jugadores ingleses estaban destrozados por haber perdido en los penaltis, y esa imagen me marcó, y me hice también del Arsenal. Años después, leyendo a Nick Hornby y su “Fiebre en las Gradas”, todavía me enganchó más el equipo de los cañoneros.
No dejé de pedir una camiseta del Arsenal a mi madre, era lo que quería para Reyes, el regalo soñado, y me imagino lo pesado que debía ser -viendo lo pesados que se ponen mis hijos ahora pidiendo, me hago una idea-. Y claro, no había manera de conseguir una camiseta de un equipo inglés, a menos que nos fuéramos a Londres, y en esos años ese plan no entraba en la cabeza de ninguna familia. Así que mi madre me preguntó como era la camiseta, le dije que roja y los pantalones del mismo color -viendo ahora las imágenes del partido veo que los del Arsenal jugaban de amarillo, pero no sé como descubrí que el uniforme original era rojo, supongo que en algún resumen de “Estudio Estadio” en el que daban de fútbol internacional.- Y ella sólo encontró un pijama rojo con pantalón corto rojo y es lo que me trajeron los reyes. Si ninguna vergüenza me lo puse para ir a jugar a fútbol, todo orgulloso con mi pijama rojo del “Arsenal”. Y ese fue mi uniforme durante todo ese tiempo, hasta que se quedó pequeño, supongo que mis hermanos lo usaron después como pijama, luego pasó a un cajón, primero se veía y luego se fue hacia el fondo, y uno de esos días en que se ordena la casa se largó a alguna basura o mi madre se lo dio a alguien que lo podía necesitar, supongo que lo segundo, ella era mucho de ayudar y no tirar nada si podía ser útil.
Jugaba a fútbol con botones, si, botones de la ropa que comprábamos en mercerías y nos servían como jugadores. Y en Salou encontré una revista de fútbol inglés, donde había un apartado para los equipos escoceses, y me gustó el Celtic de Glasgow, llevaba el verde que era mi color favorito, y con las alineaciones que venían en la revista monté toda la liga escocesa, Celtic, Rangers, Dundee United, Motherwell…. Y como lo único que daban en la televisión de Escocia era el Cinco Naciones de Rugby allí que iba yo de cabeza a animar a los escoceses. Me enamoré del rugby, y esos policías, estibadores, taxistas… que jugaban para su país el fin de semana y hacían su trabajo entre semana, otros tiempos, otro mundo. El gran momento con Escocia fue un 1990, cuando empataron con Inglaterra y consiguieron llevarse el torneo. Un partido épico, donde tengo el recuerdo de los escoceses defendiéndose como jabatos en su línea de 20 durante los últimos eternos momentos, y Trecet diciendo, “los ingleses están encontrando su Waterloo.” Puede que esto no sea exactamente lo que ocurrió, pero es lo que tengo grabado, como a los escoceses cantando “Flower of Scotland”, gallina de piel.
Y fui creciendo, y el fútbol me fue aburriendo cada vez más. Me saturé de tanto Barça y me pasé al Atlético de Madrid, que siempre me había gustado, eso de luchar contra el Madrid siempre era un plus. Pero voy creciendo, y hoy en día no tengo ninguna tirria a ningún equipo, algunos sobrinos míos son del Madrid, ¿cómo me puede caer mal el equipo de unos niños geniales? Pues eso, cuando ganan los de blanco me alegro por ellos. Y también espero que el Nàstic gane, que es el equipo de mi ciudad, o el Reus, el equipo de donde trabajo. Y el Depor por un amigo gallego, el Celta por un hotel donde estuvimos que quien lo llevaba era muy aficionado al equipo de Vigo, y el Cádiz, donde me lo pasé genial, y el Alavés donde anda otro amigo mío…. Creo que tengo demasiados equipos, en fin, cada uno que se monte su historia.
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Hace años que no veo partidos de fútbol, me aburren muchísimo, los jugadores simulan faltas, se pierde muchísimo tiempo de juego y están más tiempo sin jugar que jugando, y tengo otras cosas mejores que hacer durante dos horas que ver un partido, el último que vi entero fue la final del Mundial que ganó España, en 2010, ahora que cuento, ya han pasado 11 años…. Pero en estos días algo ha cambiado, un gran amigo mío ha sido nombrado médico del primer equipo del Barça de fútbol, y le deseo lo mejor, y para que le vaya bien el equipo tiene que ganar. Si la pelota entra todo funciona, si no entra sólo se buscan problemas. Así que allí estoy, no veo las partidos pero miro los resultados, y si llegan a alguna final allí estaré, para ver a mi amigo levantar una Copa, como los grandes, ver como nuestros sueños infantiles se pueden convertir en realidad.