Toda mi vida escuchando la misma monserga, cuando perdían los míos era por culpa del señor de negro –hasta que llegó la gilipollez de pintarlos de azul o de verde-, ¿Dónde quedan las tradiciones? Supongo que se las pasan por el forro, porque todo lo que no da dinero no vale un fecaloma.
La culpa es del árbitro
La culpa es del árbitro
La culpa es del árbitro
Toda mi vida escuchando la misma monserga, cuando perdían los míos era por culpa del señor de negro –hasta que llegó la gilipollez de pintarlos de azul o de verde-, ¿Dónde quedan las tradiciones? Supongo que se las pasan por el forro, porque todo lo que no da dinero no vale un fecaloma.